miércoles, 18 de mayo de 2011

Capitulo 29.

Salí de clase y fuimos con Rocío y con Laura. A estas también les conté todo lo ocurrido. Volvimos a clase, nos sentamos. Tocó el timbre y entró el profesor. Empezó a pasar lista y a los 5 minutos tocaron a la puerta. Un chico entró. No le hice mucho caso.
Profesor: ¡Ah! El chico nuevo! Bueno, chicos y chicas este es vuestro nuevo compañero Sergio González. Ha llegado nuevo a esta ciudad por motivos de trabajo de sus padres. Espero que lo tratéis bien.
Hubo algún que otro comentario por la parte del final, pero nadie hizo mucho caso.
Profesor: Muy bien, Sergio, siéntate.. allí. –dijo señalando un sitio libre que había delante nuestra-
Sergio: Vale.
Sergio se sentó, sacó sus cosas y el profesor comenzó la clase. Sergio era guapo. Moreno, ojos color avellana, melenita.. Me recordaba a.. Justin. ¡Mierda! Otra vez. Tengo que dejar de pensar en él.
El profesor seguía explicando, pero yo no atendía. Muy pocos lo hacían. Miré a mi izquierda. Leo estaba jugando con un bolígrafo, Mario estaba embobado mirando a nada y así todos los demás. Miré a mi derecha. La Inma estaba pegando fotos de Mario Casas en su archivador, Miri estaba dibujando y en resumen, todos estaban distraídos. Abrí mi libreta, cogí un lápiz y empecé a dibujar.
Primero dibujé mi nombre y alrededor corazones, flores y cosas así. Seguí dibujando sin pensar. Empecé a colorearlo todo. Hasta que vi algo que había puesto sin darme cuenta. Me quedé mirando la hoja, ¿Enserio había puesto yo eso?
Miri: Idola, ¿Qué haces? ¿Por qué escribes eso? Sabes que no deberías.
Yo: Lo sé pero, no me acuerdo de haberlo dibujado.
Miri: Qué cabeza tienes. Bórralo ya o lo borro yo.
Yo: Ya voy, ya voy.
Cogí  la goma y empecé a borrarlo. Primero la J, después la U, después la S, después la T, después la I y por último la N. Justin, sí, había escrito Justin. ¿Cómo puede ser? Ni idea. Pero no me lo puedo sacar de la cabeza. ¿Qué estará haciendo ahora? Seguramente con Selena, feliz, paseando por las calles de no sé donde , con millones de fans twitteándole, siguiéndole.. Pff. Una lágrima calló por mi mejilla.
Sergio: Oye, ¿Me dejas un bo.. ¿Por qué lloras?
Yo: Por nada, tranquilo –me limpié la lágrima- No te preocupes –sonreí-
Sergio: Bueno, si tu lo dices. Pero eres muy guapa como para que llores –sonrió-
Yo: Gracias –dije sonrojada- ¿Querías un boli?
Sergio: Sí, por favor.
Profesor:  Señor González, señorita López, ¿Algo que comentar en público? –dijo mientras se cruzaba de brazos-
Sergio: No, sólo le pedí un boli.
Profesor: ¿Y para eso se tardan 3 minutos?
Yo: Profesor no exagere..
Sergio: Verá es que le dolía la cabeza y cuando me he dado la vuelta para pedirle el boli la he visto un poco.. mareada. Y por eso le pregunté eso aparte. Nada más.
Profesor: ¿Es verdad eso señorita López?
Yo: Ehh.. Sí profesor, me duele un poco la cabeza.. –dije tocándome la frente-
Profesor: Si quiere puede ir a tomar un poco el aire.
Yo: Muchas gracias profesor.- me levanté de mi sitio-
Profesor: La próxima vez dígamelo. Pero no se lo diga a su compañero porque otro profesor podría echarla de clase.
Yo: Está bien, no volverá a ocurrir.
Salí del aula. Me dirigí al baño. Entré.  Me miré al espejo. Una lágrima corrió por mi mejilla en silencio. Oí pasos que se acercaban. Me encerré en uno de los baños. Al parecer la persona se paró en la puerta del baño en el que yo había entrado. Dio dos toques a la puerta.
XX: ¿Fanny? ¿Estás bien? –dijo desde el otro lado-
Yo: Sí, estoy bien. Necesito estar sola, por favor.
Miri: Vale idola, te dejo. Pero vuelve rápido ¿eh? –dijo mientras se marchaba- Y no te caigas por el retrete. –rió-
Yo no me reí. No tenía ganas de reír, al contrario, tenía ganas de llorar. No salía de mi cabeza ni un segundo. Cada cosa que hacía, cada cosa que me decía, cada cosa que veía, me recordaba a él. ¿Por qué? Es un simple chico. Pero no sé, tiene algo.. diferente. Pero ahora es de Selena. Es una falsa.. Otra lágrima cayó por mi mejilla. Era inevitable, tenía que llorar. Sería lo mejor, desahogarme. Me tiré llorando unos cuantos minutos hasta que decidí salir. Me puse frente al espejo. Tenía los ojos rojos y la pintura corrida. Abrí uno de los grifos y me eché agua en la cara. Saqué un lápiz de ojos que llevaba en el bolsillo del pantalón y me pinté. Me quedé mirando el espejo de nuevo. Esto fue lo mismo que me pasó con Pablo. Pero, esto era más fuerte. Era incontrolable. Y sólo lo conocía de dos días. Increíble. Miré la hora. Casi iba a acabar la clase así que salí del baño. Me dirigí a la clase. Cuando estaba en la puerta me paré, toqué y entré.
Yo: ¿se puede profesor?
Profesor: Sí, Fanny entra. ¿Estás mejor?
Yo: Sí profesor, siento haber tardado tanto pero es que no se me pasaba.
Profesor: No pasa nada, ocupe su asiento y anote los deberes.
Me dirigí a mi asiento rodeada de miradas de toda la clase. Me senté, cogí la agenda y apunté los deberes. Guardé las cosas y esperé a que tocara el timbre.
Miri: ¿Estás mejor idola?
Yo: Sí, pero ahora mismo lo único que quiero es irme a mi casa y encerrarme en mi habitación
Miri: Cariño, no puedes hacer eso. Tienes que ser fuerte. Venga, anímate. –me abrazó-
Inma: Ui.. ¿Qué pasa aquí? ¿Por qué os abrazáis?
Nos reímos.
Miri: Por nada pato, por nada. Anda y vete con tu Andresito.
Inma: Lo haría pero no ha tocado el timbre. –dijo sonriendo falsamente-
Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing. Sonó el timbre. Todos nos levantamos y salimos del aula. Miri, Inma y yo salimos al patio para tomar un poco el aire. Cuando quedaban tres minutos volvimos a entrar y fuimos hacia el aula que nos tocaba. La profesora de matemáticas llegó, abrió la puerta y entramos. Ocupamos nuestros asientos y cuando sonó el timbre, la profesora comenzó a pasar lista. Al terminar, comenzó a explicar la lección. Yo no prestaba atención. Por mucho que lo intentaba, no podía. Mi cabeza desconectaba sola. Miraba a la ventana y veía los pájaros volando, los escuchaba piar, las nubes en el cielo.. alguna que otra me recordaba a Justin, y no, no sé por qué, pero era así.
-Señorita López. Señorita López, atienda. ¡Señorita López! –gritó la profesora-
Miri me dio un codazo.
Yo: ¡Ah! ¡Sí! , perdón.
Profesora: Señorita López, será mejor que atienda.
Yo: Sí, sí. Lo siento. Ya atiendo.
Profesora: Eso espero.
La profesora siguió con la explicación. Yo la miraba, aunque no la escuchaba. En mi cabeza sonaban las canciones de Justin. Intentaba recordar alguna de Usher, pero no podía. En mi cabeza sonaba Justin. Justin, Justin, Justin y más Justin. No volverá. No volverá. Se habrá olvidado de mí. Entonces recordé lo que me dijo Isa. “Si te quiere, volverá” Si te quiere, volverá..Si te quiere, volverá.. Esa frase se repitió millones de veces por mi mente. No me quiere, no volverá. Fanny, olvídate de él. Olvídate. Busca a otro. Él no te supo apreciar. Lo bueno se hace de esperar.
-Señorita López, ¿sería tan amable de salir a hacer este ejercicio? – dijo la profesora ofreciéndome la tiza.
Yo: Eh.. Sí, ahora mismo. – me levanté- Miri ayúdame –le susurré-
Miri: Tía, yo no sé hacerlo. – me contestó-
Salí a la pizarra. Me quedé mirando los números. Muchos números, muchas letras.. Una J.. una U.. Una S.. Una T..una I.. Una N! “JUSTIN” Una mini sonrisa se dibujó en mi cara.
Profesora: Señorita López,¿ me podría decir de que se ríe usted? –dijo mientras se acercaba-
La miré. Miré la pizarra. Letras, números, números, letras… Ui.. qué mareo.. Me empece a reir sin motivo alguno.
Profesora: ¡Señorita López me puede decir qué le parece tan gracioso! –gritó-
Yo: Pues.. Esto.. Jejeje..
Empecé a tambalearme de un lado a otro. La cabeza me daba vueltas. Me dolía mucho. Miré la pizarra. Más números, más letras.. La cabeza cada vez me daba más vueltas. La profesora no hacía más que chillarme, pero no la entendía. Miré a mis compañeros. Qué graciosas se veían sus caras. Los veía doble. Algunos tenían cuatro ojos. Jajaja, parecían marcianitos.
Profesora: Siéntese en su sitio señorita. Tiene un negativo.
Solté la tiza. Me dirigí a mi asiento. Mi cabeza parecía un bombo. No aguantaba más. Me iba a estallar. De repente, sentí un golpe muy fuerte en mi cabeza y me caí al suelo. Escuchaba voces gritando y ruidos de sillas moviéndose. Hasta que dejé de escucharlo todo. Era todo calma, silencio, tranquilidad..

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