domingo, 15 de mayo de 2011

Capitulo 27.

A la mañana siguiente me despertaron ruidos de abajo de gente hablando y riendo. Me di media vuelta e intenté volver a dormirme. No podía. Volví a darme la vuelta. Me tapé la cabeza con la almohada. Tampoco. Decidí ver quien había abajo. Me levanté de la cama. Cogí el móvil y miré la hora. Las doce y media. Vaya, si que soy dormilona. Dejé el móvil en el escritorio cuando me di cuenta de que mi diario no estaba. Miré la puerta. Estaba abierta. Bajé corriendo las escaleras y allí lo vi, sentado en el sofá leyendo mi diario y riéndose.
Cuando me vio se quedó mirándome. Me quedé mirándolo durante unos minutos. Era como una pequeña batalla de miradas desafiantes. Hasta que me lancé a por él para coger mi diario. Él se levantó y empezó a correr por el salón mientras yo lo perseguía.
Yo: ¡ Dame el diario si no quieres morir pequeñajo! –dije mientras corría detrás de él-
David: JAJAJA. ¡Cógelo si puedes! –dijo mientras me enseñaba el diario-
Yo: ¡Ya verás cuando te pille!
Marta:¡ David aquí! ¡Pásamelo!
Mi diario voló desde una punta del salón a la otra dando vueltas. Corrí hacia el sofá y me lancé para intentar cogerlo. Pero el intento fue fallido. Me caí en el sofá y mis primos empezaron a reírse.
Los padres salieron de la cocina.
Mamá: ¿Qué son todos esos chillidos? Ah Fanny, ya te has despertado.
Yo: Sí mamá, ya me he despertado.
Papá: ¿Qué hacías tirada en el sofá?
Yo: Pues es culpa de los enanos. Me han quitado el diario y no me lo quieren dar.
Marta: Qué va, si está en la mesa.-dijo señalando la mesa-
Miré a mi prima, no tenía el diario en la mano. Miré a mi primo, tampoco lo tenía. Miré la mesa. El diario estaba encima de la mesa muy bien colocado. Seguramente mi prima lo colocó cuando vio a los padres salir de la cocina.
Yo:  ¡Lo tenían ellos! ¡De verdad que lo tenían!
Virgi: David, siéntate ahora mismo y deja ya de molestar a tu prima. –dijo señalando el sofá-
Mamá: Virgi, no seas tan dura con él. Seguramente Fanny se lo dejaría ahí y se creía que lo tenían ellos.
Yo: ¡No mamá! Yo lo dejé en mi escritorio, tenía la puerta cerrada y esta mañana la puerta estaba abierta y había desaparecido.
Papá: Dejad de discutir por esa tontería. Fran y yo vamos a ir a comprar la comida. Id preparando la mesa.
Mamá: Subid arriba y poneros a jugar a algo, tenemos que preparar la mesa y no quiero que estéis por medio correteando por el salón.
Yo: Pero mamá, tengo que desayunar.
Mamá: Te saltarás el desayuno, sino después no comerás. Venga, a tu habitación.
Yo: Pero mamá, no me puedo cambiar si están los primos allí.
Mamá: Pues te cambias en el baño.
Yo: Pero mamá..
Mamá: Ya basta de peros, a tu cuarto-dijo señalando la escalera-
Yo: Vaaale.. Vamos. –miré a mis primos-
Cogí el diario. Subimos a mi cuarto. Se sentaron en la cama. Escondí el diario en el armario. Cogí la ropa que me iba a poner  y me fui al baño. Escogí una camiseta rosa fucsia con unos pantalones azul eléctrico y mis tenis.
Yo: No os mováis. Vuelvo enseguida. Y no toquéis nada –dije mirándolos con una mirada desafiante-
Entré en el baño . Me lavé la cara, me peiné, me lavé los dientes y me pinté. Después me vestí y salí del baño. Entré en mi habitación. Mis primos seguían en su sitio.
Yo: Muy bien. Sois muy buenos. –dije entrando en la habitación-
Fui a guardar el pijama en el armario cuando un montón de ropa se me cayó encima. Mis primos empezaron a reírse. Me giré hacia y fui hacia ellos. Mi primo David se levantó corriendo y bajó las escaleras. Mi prima se quedó sentada.
Yo: ¿No corres? –dije mientras me acercaba a ella-
Marta: No tengo por qué correr. Fue David el que colocó la ropa ahí.
Yo: Interesante.. Bueno, pues dejemos que el pequeñajo se quede abajo. –dije cerrando la puerta-
Increíble, mi primo de 8 años me había colocado un montón de ropa en el armario en menos de cinco minutos y había vuelto a sentarse en su sitio.
Yo: Ayúdame a recoger la ropa, anda. –dije mientras me agachaba para recogerla-
Marta: Voy.
Mi prima Marta tiene casi 12 años. Es un poco más madura que mi primo. Pero también tiene sus momentos traviesos. Recogimos la ropa y la guardamos.
Yo: ¿Qué te parece si escuchamos música?
Marta: Vale, ¿Tienes de Justin?
Justin. Justin, Justin, Justin. ¿Por qué me perseguía? Va a ser imposible olvidarse de él. Todo el mundo me lo recuerda. Una punzada se me clavó en el corazón y su nombre se repitió en mi cabeza muchas veces.
Yo: No, tengo de Usher.
Marta: Bueno pues ponlo.
Puse la música. Nos sentamos en la cama. Ninguna decía nada. Yo estaba pensando en Justin otra vez.
Marta:  ¿Qué tal lo pasasteis en los pirineos?
Yo: Pues bien, aunque creo que no sabes quien estuvo allí ¿no?
Marta: No, ¿Quién?
No sabía si decírselo. Mejor mantenerlo en secreto. ¿Para qué contar algo que ya ha acabado? Solo me haría pensar más en ello. Aunque no hace falta contarlo para recordarlo.
Yo: Pues estuve YO. JAJAJA- reí falsamente-
Marta: Vaya, qué graciosa.
Yo: ¿y qué tal tu abuela?
Marta: Pues bien, ya la operaron y ya está mejor.
Yo: Me alegro, ¿y cómo es que estáis aquí? Mi madre no me dijo nada.
Marta: Tu madre nos llamó esta mañana diciéndonos que si queríamos venir a comer. No teníamos nada planeado y vinimos.
Yo: Ah..Vale.
Mi prima se levanto y empezó a bailar como una loca.
Yo: ¿Qué haces?
Marta: Bailar. ¿Es que no me ves? –dijo mientras bailaba-
Yo: Si, te veo. Pero es que así de repente te has puesto a bailar..
Marta: Venga ,baila tú también.
Yo: No no..
Marta: Venga, que no nos ve nadie. –dijo mientras me levantaba de la cama-
¿Bailar? Quizá me venga bien. Me podré despejar un poco de todo y olvidarme del tema. Me levanté de la cama. Puse la música a tope y empecé a bailar con mi prima por toda la habitación. Nos pusimos unas gafas de sol que tenía guardadas y nos hicimos una coleta muy alta. Cogimos dos bolígrafos y los utilizamos como micrófonos. Hacíamos como que cantábamos y nos motivábamos bailando. Cerrábamos los ojos y empezábamos a imaginar que estábamos en un concierto con mucha gente gritando, bailando y cantando con nosotras. En medio de la canción escuche una pequeña risilla que provenía de la puerta. Me di la vuelta y vi que mi primo nos estaba grabando con el móvil de mi tía. Paré la música. Me quité las gafas.
Marta: ¿Por qué la paras? –dijo parando de bailar-
Yo: Por eso –dije señalando a mi primo-
Marta: A por él. –dijo quitándose las gafas-
David: Oh, ooh.. –dijo mientras retrocedía unos pasos hacia atrás-
Salimos corriendo detrás de él y se repitió la misma escena que la de mi diario, pero esta vez éramos mi prima y yo la que perseguíamos a mi primo y en vez de querer quitarle el diario le queríamos quitar el móvil.
Mi padre y mi tío entraron con la comida y nos vieron corriendo.
Papá: ¿Ahora qué pasa? –dijo mientras dejaba las llaves en el mueble de la entrada-
Marta: ¡Que David nos ha grabado mientras bailábamos!
Fran: ¿Y eso que tiene de malo?
Yo: ¡Que no has visto cómo bailábamos y cómo íbamos vestidas!
Fran: David, dame el móvil.
David: Papá, no he hecho nada malo. – dijo mientras le daba el móvil-
Fran: Ya lo sé, veamos el video. –le dio al play-
Marta y yo: ¡Noo! –gritamos mientras le quitábamos el móvil-
Paré el video y lo borré. Le devolví el móvil.
Yo: Aquí lo tienes –dije mientras se lo daba-
Fran: Vaya, quería ver como bailaban mis artistas –rió-
Papá: Fran, ¿vamos a dejar la comida en la cocina y vemos la fórmula 1? Hemos llegado a tiempo.
Fran: Vale.
Entraron a la cocina y nosotras nos quedamos en el salón. Mi prima y yo nos miramos como diciendo “a por él”. Nos giramos pero mi primo no estaba.
Yo: Habrá que buscarlo.
Lo buscamos por toda la casa. Abrimos todos los armarios, miramos debajo de todos los muebles, de todas las camas pero nada, no estaba. Nos dimos  por vencidas y decidimos ir a la cocina a beber agua. Cuando entramos vimos a mi primo jugando con el móvil.
Marta: Ahahá, con que estabas ahí –dijo cruzándose de brazos-
David: …- se levantó de la silla y se dispuso a correr-
Mamá: Para ya de correr y sentaros a comer.-Dijo parando a mi primo-
Yo: Vaale..- dije sentándome en la silla-
Nos pusieron la comida y empezamos a comer. Mi primo me daba puntapiés y yo se los devolvía. Una de esas veces no apunté bien y le di en sus partes, pero no muy fuerte.
David: Ouuhh..-se quejó-
Yo: Blandengue.
David: ¡No soy un blandengue! –dijo mientras se levantaba-
Marta: David, siéntate.
Mi primo se sentó y terminó de comer. Se fue al salón a ver la tele con los padres. Mi prima y yo recogimos los platos y subimos a mi habitación.
Marta: ¿Qué hacemos ahora?
Yo: No sé, lo que sea menos bailar- reímos-
Marta: Pues no sé.
-¡FANNY! ¡Tienes visita! –grito mi madre desde abajo-
Yo: ¿A estas horas? ¿Quién es? –le contesté-
Mamá: ¡Es un chico! ¡Baja!
Marta: Ui ui.. un chico..
Yo: Calla. Quédate aquí de mientras. Si quieres coge mi ordenador.
Marta :Vale, no me moveré de aquí.
Bajé las escaleras lo más rápido que pude.
Yo: Mamá ¿Quién es ese chi..
No terminé la frase. Vi la respuesta a mi pregunta. Estaba ahí. En la entrada, mirándome.

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