lunes, 1 de agosto de 2011

Capítulo 39.


Vicky: ¡¡Fanny, tienes un regalo para ti!! –exclamó desde abajo-
Yo: ¿Un regalo? –miré a Lena extrañada- ¡¡Ya voy!!
Lena: No sé, vamos a mirar. –se levantó-
Lena y yo bajamos las escaleras. En la puerta había un chico rubio, con el pelo corto y los ojos claros. En la mano llevaba un ramo de flores, los cuales llevaban una tarjeta. Me quedé mirando al chaval de arriba abajo. Iba vestido con una camiseta celeste y unas bermudas vaqueras. En la cabeza, llevaba unas gafas de sol blancas. Tras varios segundos observándole, habló.
-Hola, tú debes de ser Fanny. Esto es para ti.- me entregó el ramo de flores- Bueno, encantado de conocerte y que sepas que tienes un admirador secreto muy especial. –me guiñó el ojo- y no soy yo-
Cuando terminó de hablar, dio la vuelta y se marchó. Me quedé perpleja mirando el ramo de flores. No sabía de quién era, ni qué hacer con él. Entonces, Lena cerró la puerta y me empujó hasta llegar a las escaleras. Subí despacio mientras iba pensando en quién podría regalarme un ramo de flores cuando no llevo aquí ni una semana. Llegamos a la habitación, entramos y Lena cerró la puerta. Me senté en la cama. La miré. Se había quedado de pie contra la puerta, mirándome con una cara muy… rara.
Lena: ¿Sabes quién era ese chico? –preguntó-
Yo: No.. ¿Quién?
Lena: ¡Es Ryan Butler! –gritó-
Yo: ¿Y ese es…? –pregunté-
Lena: ¡¡Uno de los mejores amigos de Justin Bieber!! –volvió a gritar-
Yo: Anda, mira por donde, sin leer la carta ya sé de quién es… - Separé la carta del ramo de flores-
Lena: ¿A qué esperas? ¡Lee lo que te ha puesto! –corrió hacia mí-
Yo: Vale, vale. –abrí la tarjeta y comencé a leer-
-“Hola Fanny. Seguramente, no sepas quién soy, o puede que sí. No sabía que estabas de viaje por aquí, pero me alegro de saber de ti. Espero volver a verte por las calles de Stratford. Por cierto, ¿te gustan las flores? Espero que sí. Bueno, no me enrollo más. Un beso. Tu admirador secreto”.- terminé de leer-
Me quedé mirando la carta. No pude evitar reírme. No sé si fue de alegría o porque creo que esto es una tontería. Cerré la carta y volví a mirar a Lena. Su rostro estaba mojado por las lágrimas. La abracé corriendo. Sabía que ella adoraba a Justin, y a lo mejor, leer eso o escucharlo le ha dolido.
Yo: Vamos Lena, no llores. –le dije en el oído-
Lena: ¿Que no llore? ¿Que no llore? ¡Justin Bieber está enamorado de mi prima! ¿Acaso no es lo mejor que te puede pasar cuando eres una Belieber? –se levantó de la cama sonriendo-
Yo: ¿Lo mejor? Pensé que llorabas porque tu quieres mucho a Justin, y leer eso te dolería… -me levanté-
Lena: ¡Qué va! Vale, es verdad que quiero a Justin, pero, ¿Acaso crees que se enamoraría de mí sin apenas conocerme? ¡No sabe ni que existo!
Yo: Ah.. Pero Lena..
Lena: Pero nada. ¿Tú sientes algo por él? –me cogió de los hombros-
Yo: A ver… Han pasado unos cuantos meses… Además, quiero seguir mi vida sin depender de nadie, y menos de él, que tiene que estar cada mes en un país diferente…
Lena: Vamos a ver, Fanny…
Yo: No, Lena no. No quiero hablar más del tema. Sólo quiero estar aquí, divertirme contigo y con tus amigas y vivir aquí el tiempo que haga falta.
Lena: Como quieras –sonrió- ¿Bajamos a ver si está la cena?
Yo: Vale, gracias por comprenderme. –la abracé-
Lena respondió a mi abrazo. Nos separamos y bajamos las escaleras hasta llegar al salón. Estaban preparando la mesa. Fuimos a la cocina y ayudamos en algo. Cuando todo estaba listo, nos sentamos a cenar.
Vicky: ¿Qué quería el chico de antes? –preguntó-
Lena: Darle un ramo de flores a Fanny, de parte de un “admirador secreto” –contestó-
Papá: Vaya, vaya. No llevas aquí ni una semana y ya tienes admiradores. –rió-
Yo: Si supieras de quién es… -susurré-
Mamá: ¿Qué? Habla más fuerte que no te escuchamos, hija.
Yo: Que sí, que es verdad… -sonreí-
Rafa: Bueno, ¿Y qué tal os lo habéis pasado hoy? ¿Habéis comprado mucho? –preguntó-
Lena: Yo me he comprado una camiseta y poco más. Fanny se ha comprado un vestido y unos zapatos a juego.
Mamá: Menos mal que no te has comprado ninguna camiseta, que te gustan mucho. –rió-
Vicky: Anda, anda. Déjala que se compre lo que quiera. Fanny, mañana es tu primer día de clase aquí, ¿estás nerviosa?
Yo: ¡Ay! ¡No he preparado las cosas para mañana! –exclamé-
Lena: Bueno, ahora la preparas. No tienes que llevarte muchas cosas. –se levantó para recoger el plato-
Yo: Ah, vale. –me levanté con ella- Luego bajamos a ver la tele.
 Lena y yo salimos del salón y dejamos las cosas en la cocina. Subimos al cuarto y guardamos en mi mochila las cosas que tenía que llevar. No eran muchas, sólo un estuche con lápices y varias libretas. Mientras lo guardábamos todo, escuchamos unas risas muy pronunciadas. A Lena se le quedó una cara un poco rara. Me hacen gracia las caras que pone en algunas situaciones, porque son  indescriptibles.
Lena: ¿Por qué se ríen tanto? –preguntó extrañada-
Yo: Seguramente mi padre habrá contado un chiste, ¿no te he dicho nunca que le encantan? –reí-
Lena: No, no lo sabía. Pues deben de ser graciosos, ¿no? Porque para que se rían así… -se sentó en la cama-
Yo: Sí, y lo mejor es que cada día cuenta uno nuevo. No sé de dónde los saca, pero es así. –cerré la mochila- Ala, terminado. ¿Quieres que bajemos a ver la tele? O si lo prefieres podemos escuchar los chistes de mi padre. –reí-
Lena: Creo que… -se quedó pensando- prefiero ver la tele –sonrió falsamente-
Bajamos a ver la tele. No había mucho interesante, pero con tal de hacer algo, pusimos un programa de humor.
Tras casi media hora viendo ese programa, los padres nos recomendaron ir a dormir para no estar cansadas mañana. No le llevamos la contraria, así que apagamos la tele y subimos a la habitación. Nos pusimos los pijamas y demás. Miré la hora. Eran las diez menos cuarto. En Europa son seis horas más, por lo que no era buena idea llamar ahora a las chicas. Cogí mi diario y escribí lo que ocurrió hoy. Especialmente, lo de las flores.
Al acabar, cerré mi diario, lo guardé y me acosté en la cama. Lena ya estaba dormida. Apagué la lámpara y le deseé buenas noches a Lena, aunque no me escuchara. Cerré mis ojos y esperé hasta dormirme.

A la mañana siguiente, el desagradable ruido del despertador nos levantó. Lena lo apagó.
Yo: ¿Qué hora es? –pregunté todavía dormida-
Lena: Las seis y media. –respondió mientras se levantaba-
Yo: ¿Enserio? ¿A qué hora empezaban las clases? –me froté los ojos-
Lena: A las ocho. Pero si nos levantamos antes, no iremos con prisas. –subió la persiana-
Me levanté sin muchas ganas. Escogí la ropa que me iba a poner, hice la cama y me arreglé. Cuando terminamos, bajamos a desayunar. Los padres estaban preparando el desayuno, ya que ellos también tenían que ir a trabajar. En cambio, nuestras madres estaban aún dormidas.
Sin hacer mucho ruido preparamos nuestros desayunos y nos los comimos tranquilamente. Cuando terminamos eran las siete, por lo que no teníamos prisas. Nos sentamos en el sofá para ver un poco la tele. Cuando las agujas del reloj marcaron las siete y media, nos levantamos, cogimos nuestras mochilas y salimos de casa.
Tras quince minutos andando llegamos al instituto. Había algo que no había cambiado entre Europa y América. Las caras de zombis de los alumnos a las ocho de la mañana eran imborrables.
Lena iba saludando a cada persona que había por los pasillos. A mí la gente me miraba de arriba abajo, ya que no me conocían. Al llegar a la clase dos chicas morenas se abalanzaron sobre Lena. Supuse que serían Caitlin y Rouse, las amigas de las que me habló ayer. Las dos me miraron sonrientes.
Caitlin: Bueno, tú debes de ser Fanny, la prima de Lena. –sonrió y yo asentí con la cabeza- Yo soy Caitlin, encantada.
Rouse: Y yo soy Rouse – me dio dos besos-
Yo: Encantada de conoceros. Aunque ya os conocía. Lena me habló ayer sobre vosotras.
Caitlin: Ah, ¿Sí? ¿Y qué le has contado Lena? –dijo cruzando los brazos-
Yo: Nada malo. –reí- Sólo me fue explicando cómo erais cada una. Y por lo que me contó y lo que veo ahora.. Creo que nos llevaremos bien, ¿no?
Rouse: Jajaja. Sí, creo que nos llevaremos bien. Lena, supongo que te sentarás a partir de ahora con Fanny.
Lena: Supones bien. –rió- ¿Qué tal si nos sentamos? –sugirió-
Todas asentimos con la cabeza y nos dirigimos a nuestros asientos. Al final de la clase, Lena y yo en la penúltima fila. Caitlin y Rouse iban detrás.  Empezamos a hablar y les expliqué todo lo que me preguntaban. Tenía curiosidad en saber si les gustaba Justin Bieber, pero me respondieron que no. No sabían que era lo que le atraía a Lena de él, pero admitían que era guapito aunque creído a veces. Seguimos hablando hasta que sonó la campana que avisaba el inicio de la clase. Todos se sentaron en sus respectivos sitios en silencio. El profesor entró con las carpetas en la mano. Era alto, con el pelo oscuro, bigote, gafas y una pequeña calva. Iba vestido con una chaqueta marrón a juego con los pantalones y debajo una camisa blanca y su corbata marrón, también a juego con el traje.
Soltó las carpetas encima de la mesa. Las observó detenidamente durante unos segundos, mientras, todo el mundo le observaba en silencio. Finalmente, terminó de ojear las hojas que había dentro de aquellas carpetas y se dirigió a nosotros.
-Buenos días, alumnos. Hoy no es un día como otro cualquiera. Especialmente porque tenemos dos nuevos alumnos. Uno de ellos, está sentado allí –me señaló- Señorita, ¿Puede levantarse para presentarse, por favor? –preguntó educadamente y con una pequeña sonrisa-
Yo: - Asentí con la cabeza y me levanté- Hola a todos. Soy Estefanía, pero me podéis llamar Fanny. Soy nueva en este instituto, ya que me he mudado apenas unos días. Soy de España. Y bueno, si tenéis alguna duda o necesitáis algo, yo intentaré ayudaros. –sonreí y seguidamente me senté con el permiso del profesor-
Todo el mundo me miró y me sonrió cuando acabé de hablar. La gente parecía bastante simpática, pero supuse que habría más de un falso por ahí escondido. Ya le preguntaría a Lena al acabar el instituto.
-Muy bien, encantado de conocerla señorita Fanny. Yo soy Jamie. Cuando tengas alguna duda con mi asignatura, no dudes en preguntarme –sonrió- Bien, sigamos. El siguiente alumno nuevo, está fuera de la clase. Espero que lo tratéis bien. –se acercó a la puerta y la abrió- Puede pasar señorito. –hizo un gesto para que entrara-
Empecé a dibujar en mi libreta mientras el profesor hablaba con el chico nuevo. Lena me dio un codazo cuando el chico entró en clase. La miré y tenía una gran sonrisa en la cara. Miré al chico mientras me preguntaba por qué Lena estaba tan contenta. Cuando vi la cara de aquel chico, lo adiviné. El chaval soltó su mochila en el suelo y alzó la mirada.
-Bueno, señorito, ya puede presentarse –le permitió el profesor-
-Hola, bueno, no voy a enrollarme mucho…Me llamo..



2 comentarios:

  1. el blog esta mu bien y me encanta la historia.. pero tia, escribe más a menudo no?
    es q ponia arriba q maximo cada dos dias.. i eso
    esq estooy to enganchá sabees, no es por ser egoista ni na menos! bueno, un besiyoo!!(kkk)

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  2. es verdad tiaa,peerdon,pero esqe cmo estoi to los dias pa un lao i pa otro, no me da mucho tmpo a escribir,pero no te preocupes qe el 40 está casi trminado!(:

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